Una planta fotovoltaica está destinada a producir electricidad durante un mínimo de 20 años. Se trata de un activo inmobiliario "verde" cuya rentabilidad es a largo plazo. Así pues, el desarrollo de un proyecto, como fase de diseño, debe realizarse con una verdadera preocupación por optimizar su rendimiento técnico, económico y medioambiental a largo plazo.
Conscientes de la importancia del desarrollo y la ingeniería en el éxito de un proyecto, AMDA ENERGIA ha optado por integrar internamente todas las fases de desarrollo, ingeniería y construcción.
De este modo, AMDA ENERGIA pone en común y optimiza los conocimientos y la experiencia de cada uno de sus equipos, con una preocupación constante por la gestión óptima de los plazos y los riesgos.
AMDA ENERGIA ha demostrado la eficacia de su posicionamiento, a través de su éxito en las licitaciones en todos los países en los que está representada y a través de la calidad de los activos que desarrolla, tanto por cuenta propia como por la de sus socios, clientes e inversores.
Garantizar que cada proyecto de energía renovable sea plenamente compatible con el lugar donde se ubica, en términos de población, paisaje y medio ambiente.
Entablar un diálogo real y mantener una estrecha relación con las partes interesadas locales.
Garantizar una información transparente sobre el proyecto y la comunicación con la población local durante todo el proceso.